UNA VERDAD INCÓMODA

Todos los comienzos son difíciles. Este no iba a dejar de serlo. Desde mi humilde blog pretendo recordar la cruda infancia a la que están sometidos miles de niños en nuestra sociedad y en el resto del mundo. Se trata de una realidad incómoda, pero debemos asomarnos a nuestro balcón y mantener los ojos bien abiertos para no perder de vista que tod@s hemos sido niños.





PARA JOSEP, POR SER UN GRAN

LUCHADOR, Y A LA MEMORIA DE ROQUE, POR SERLO TAMBIÉN.





NIÑO, DEJA YA DE JODER CON LA PELOTA...

miércoles, 8 de diciembre de 2010

NO LO COMPRENDO


La tarde del 10 de julio de 2008, César acababa de terminar sus deberes de tercero de Primaria. Hasta en verano era un niño aplicado. Los 'cates' no eran lo suyo. A los nueve años podía presumir de ir a curso por año. Guardó en un pequeño estuche cuadrado sus lápices de colores y una goma. Lo dejó sobre un escritorio junto a sus tesoros más preciados: un fajo de cromos, varios cómics de manga japoneses (con el número 28 de 'Naruto' entre sus preferidos) y dos bloques de metacrilato con una araña y un escorpión de plástico dentro. Jamás se separaba de ellos.
Tampoco lo haría tras su inminente muerte.
César oyó la voz de su madre que lo llamaba desde la primera planta de una casa de típica planta mallorquina, en la calle San Lorenzo de Mahón. Hora del baño. El pequeño bajó raudo. Dudó entre si quitarse un reloj sumergible con correa de plástico rosa que lucía en la muñeca. Al final lo hizo. Se desvistió. Abrazó a 'mami', feliz de estar de nuevo junto a ella. Se puso en sus manos...
Y, entonces, la oscuridad...
En ese instante se apaga la enfermiza mente de Mónica Juanatey Fernández a la hora de relatar a la policía cómo asesinó a su hijo sumergiéndolo en la bañera . Dice no acordarse de nada más. «El niño en sus brazos sin vida es su primera imagen. No recuerda ni el cómo ni el cuándo», sostiene su letrado, Carlos Maceda. Uno de los agentes baleares que la miró a los ojos durante el interrogatorio tiene otro juicio sobre la asesina: «Es tremendamente fría, mentirosa y manipuladora». Los investigadores no descartan que la joven de 30 años de Noia (La Coruña) hubiera sedado al menor antes de matarlo. Los vecinos no escucharon ni un grito. 'Muki Pumuki', como se hacía llamar en las redes sociales, pronto se secó las lágrimas de cocodrilo. Aprovechó que ya era noche cerrada en Mahón. Apretujó el cuerpecillo fibroso y delgado de César en una pequeña maleta roja, la misma con la que el niño llegó a la isla 10 días antes, una maleta cargada de ilusión, unos vaqueros, unas bermudas, camisetas, un chándal, su estuche escolar y sus tesoros de niño. Mónica no se molestó ni en vaciarla. Condujo hasta el apartado bosque del Binidalí. Ni siquiera apagó el motor del coche. Bajó, abandonó el cuerpo del pequeño entre unos tupidos arbustos y se marchó. A la mañana siguiente, Mónica Juanatey empezó su doble vida, 900 días de farsa en los que la joven de 30 años hizo creer a amigos, familiares y compañeros de trabajo que el pequeño César seguía vivo. Más de dos años de macabro teatro que finalizó la semana pasada, cuando dos hermanos leñadores encontraron la maleta con los restos óseos del pequeño.

¿Y EL MANUAL DE INSTRUCCIONES?

Observo a los niños. Observo a los padres. Observo a los niños con sus padres...
Si algún día soy madre, ¿ lo haré bien?
Me asaltan un sinfín de dudas...
Cómo saber cómo le debo cuidar, que le debo enseñar, cómo hacerlo, cómo comunicarme con él, cómo educarle, cómo corregirlo, cómo estimularlo, cómo acunarlo...
Supongo que en cuanto llegue el momento mi instinto me ayudará...
Un aplauso por todos esos padres y madres que luchan cada día por sus hijos.
Lo que si que sigo sin poder asimilar es el maltrato que infligen ciertos padres y madres a sus pequeños...
 Cómo se puede hacer daño a una criatura que has formado en tus entrañas, que es la continuación de tu ser, la herencia más bella que puedas dejar en este mundo, la inocencia en estado original, la belleza que se aprecia sin mirar tan siquiera, la esperanza inquebrantable, el amor en estado puro...
Ojalá las noticias que hablan de casos de niños abandonados, maltratados e incluso asesinados fueran solo pesadillas macabras totalmente alejadas de poder ser una realidad...

miércoles, 10 de noviembre de 2010

NANAS DE LA CEBOLLA ( Miguel Hernández)

 ( Dedicadas a su hijo, a raíz de recibir una carta de su mujer,
en la que le decía que no comía más que pan: y cebolla)
 . 

La cebolla es escarcha 
cerrada y pobre. 
Escarcha de tus días 
y de mis noches. 
Hambre y cebolla, 
hielo negro y escarcha 
grande y redonda. 
. 
En la cuna del hambre 
mi niño estaba. 
Con sangre de cebolla 
se amamantaba. 
Pero tu sangre, 
escarchada de azúcar, 
cebolla y hambre. 
. 
Una mujer morena 
resuelta en luna 
se derrama hilo a hilo 
sobre la cuna. 
Ríete, niño, 
que te traigo la luna 
cuando es preciso. 
. 
Alondra de mi casa, 
ríete mucho. 
Es tu risa en tus ojos 
la luz del mundo. 
Ríete tanto 
que mi alma al oírte 
bata el espacio. 
. 
Tu risa me hace libre, 
me pone alas. 
Soledades me quita, 
cárcel me arranca. 
Boca que vuela, 
corazón que en tus labios 
relampaguea. 
. 
Es tu risa la espada 
más victoriosa, 
vencedor de las flores 
y las alondras 
Rival del sol. 
Porvenir de mis huesos 
y de mi amor. 
. 
La carne aleteante, 
súbito el párpado, 
el vivir como nunca 
coloreado. 
¡Cuánto jilguero 
se remonta, aletea, 
desde tu cuerpo! 
. 
Desperté de ser niño: 
nunca despiertes. 
Triste llevo la boca: 
ríete siempre. 
Siempre en la cuna, 
defendiendo la risa 
pluma por pluma. 
. 
Ser de vuelo tan lato, 
tan extendido, 
que tu carne es el cielo 
recién nacido. 
¡Si yo pudiera 
remontarme al origen 
de tu carrera! 
. 
Al octavo mes ríes 
con cinco azahares. 
Con cinco diminutas 
ferocidades. 
Con cinco dientes 
como cinco jazmines 
adolescentes. 
. 
Frontera de los besos 
serán mañana, 
cuando en la dentadura 
sientas un arma. 
Sientas un fuego 
correr dientes abajo 
buscando el centro. 
. 
Vuela niño en la doble 
luna del pecho: 
él, triste de cebolla, 
tú, satisfecho. 
No te derrumbes. 
No sepas lo que pasa ni 
lo que ocurre. 

martes, 26 de octubre de 2010

OTRA ANÉKDOTA KOTIDIANA

Estaba paseando yo con una amiga y con la hija de esta (una princesita de seis años), cuando de repente se para y señala a la pareja que andaba delante nuestro...
-!Mira mami! esa señora lleva la misma chaqueta que tú!
Mi amiga yo nos hemos mirado sonriendo, y es que la pequeña no ha encontrado curioso el hecho de que fueran dos mujeres las que paseaban cogidas de la mano y se besaban.Lo que le ha hecho gracia es que una de ellas llevara la misma chaqueta que la de su mamá.
Luego me ha dicho: -Me gustaría que mamá y tu fueseis novias, así tendría dos mamás.
Y bien, le explicado que aunque su mamá y yo nos queramos mucho, no nos queremos como "novias". Que su mamá quiere como novio a su papá.
-A, pues vale.
Y es que la reacción de la princesita me ha hecho mucha ilusión, porque  querer no entiende de sexos, ni de edades ni de colores. Ojalá algún día la homofobia no encuentre lugar en el diccionario.

domingo, 24 de octubre de 2010

ANÉKDOTAS KOTIDIANAS

El otro día estaba en el supermercado y  me agaché un momento para llegar a la última estantería. Estaba yo toda concentrada mirando la fecha de caducidad de unos botes de comida para perros cuando de repente oí una voz de niño detrás de mí que me decía: "Señora,¿ me permite pasar, por favor?".(con lo joven que soy y ya me llaman señora...). Al girar la vista hacia el pequeño no pude más que sonreír y apartarme para que él pudiera seguir andando hacia la caja. Era un niño de no más de siete años, marroquí, con ojos enormes y mirada de adulto. Hasta aquí todo normal, lo que no me pareció tan normal es encontrar muy extraño que un niño sea tan educado. Y si queréis le sumamos el hecho de que es inmigrante... Y es que en nuestra sociedad cada vez es más común que los pequeños contesten mal, usen palabras malsonantes o no incluyan en su vocabulario palabras como gracias o por favor.... ¿Qué está pasando? A mi me da un poco de miedo, la verdad. Preguntaré a los padres, haber si saben el motivo...

viernes, 22 de octubre de 2010

LA OTRA CARA DE LA MONEDA. PALABRAS DE UN MALTRATADOR.

LA HISTORIA DE ERNESTO PÉREZ
 “Sé muy bien el daño que he hecho, y sé también cuánto  sufre una persona maltratada. Sinceramente me alegro que se luche para salvarlas de nuestras continuas agresiones. Sé que hacemos muchísimo daño.
Pero nosotros también sufrimos, porque perdemos todo lo que amamos.
De hecho, ahora tengo 40 años y estoy completamente solo en la vida, después de perder hasta un hijo por mi mal comportamiento. Comportamiento que quiero cambiar , pero llevo más de veinte años en manos de psiquiatras y de psicólogos, y ninguno de ellos me cura eso que dicen que tengo: esquizofrenia, paranoia, psicopatía, doble personalidad, personalidad borderline, mal carácter, maldad, etc.
Llevo años pidiendo a esos especialistas que investiguen cómo curar mis celos, ya que me he dado cuenta de que cuando maltrato lo hago por celos, pero más bien se ríen de mi petición.
Parece ser que es más fácil decir por la tele que los maltratadores somos malos por genética, que hay que endurecer las penas contra nosotros, agrandar las cárceles, y que nos jodamos. ¡Nos llaman criminales!.
Sin embargo, le puedo jurar ante Dios que yo no maltrato porque soy malo, sino porque aparte de que también fui maltratado cuando niño, soy un enfermo de celos, celos que me hacen ver cosas malas donde no las hay.
Yo, al igual que todo el mundo, quiero la solución de este problema. Pero yo propongo que vayamos por otro camino.
Mucha gente me ha dicho que curar los celos es imposible, pero yo creo que, si Dios es bueno, tiene que haber solución. Sólo que hace falta buscarla.
Yo propongo investigar cómo curar los celos a partir de la siguiente teoría sobre la causa de los maltratos, teoría avalada por muchos celosos encuestados a través de Internet:
Muchas personas, unas más fuertes que otras, son educadas de la siguiente manera:
  • Primero, hacer las cosas bien no es motivo de premio, sino que es una obligación.
  • Segundo, hacer las cosas mal es motivo de castigo.
Poniendo un ejemplo casi siempre nos echan la bronca si llegamos a casa más tarde de la hora fijada por nuestros padres, pero nunca nos aplauden si llegamos media hora antes. Poniendo otro ejemplo, a menudo nos riñen si hacemos algo mal en el trabajo, pero no nos dan las gracias si lo hacemos bien. Por lo malo están encima de nosotros rápidamente para regañarnos, para tirarnos a la cara que hemos hecho mal, para decirnos que no valemos, que somos malos..., pero por lo bueno, por hacer las cosas bien, casi ni caso nos hacen, porque se cree que es nuestro deber.
Esto produce dos sentimientos, imposibles de dominar o controlar, en todo niño (o niña) que reciba esta educación: uno, ya que el esfuerzo que él realiza por hacer las cosas bien no es premiado (ni siquiera con una simple palmada en la espalda), sentirá su autoestima baja y creerá que no vale (celos); y dos, ya que a él le castigan por todo lo que, aparentemente hace mal, se irá llenando de rabia y de odio (igual que toda persona maltratada), y aceptará como algo natural que todo lo malo se castiga (enfados).
Día a día, y ejemplo tras ejemplo, estos sentimientos se graban para siempre en la mente del niño, y cuando llega a adulto, por sentir celos piensa, y se lo cree ( ya que su misma cabeza se lo dice), que tiene poco o nada por lo que quererse o por lo que decirse “yo valgo”, y que nadie lo quiere porque tiene defectos o porque no sirve ( de ahí la típica desconfianza del celoso hacia su pareja, cuando piensa que ella prefiere a otro, ya que para él, ese otro es mejor que él). No se gusta y tiene inseguridad en sí mismo, por lo que acabará haciéndose adicto al trabajo, al deporte, al juego, a la comida, al sexo o a la droga, ya que esas adicciones le sirven para estar mejor consigo mismo, para verse mejor, para sentir que vale para algo o para animarse a vivir. Por ejemplo, se sabe que, en muchos casos de maltrato, existe el alcoholismo. Partiendo de nuestra teoría, el alcohólico es un celoso que bebe para animarse, ya que él siente que no vale para nada (todos sabemos que dos copas alegran). Y como su sentimiento de no valer jamás se le va de su vida, seguirá bebiendo y bebiendo..., siempre para animarse a vivir.
Y como en la niñez se enfadaban contra él cada vez que hacía algo mal, o no hacía algo bien, él también sentirá necesidad (inconsciente, sin darse cuenta) de castigar lo malo, y se enfadará espontáneamente cada vez que alguien haga algo mal (o que su cabeza crea que está mal, como por ejemplo que su pareja prefiera a otro, o que la comida que ella hizo esté muy caliente, o que ella no quiera hacer el amor tal o cual noche).
Entonces pondrá mala cara, dará una mala mirada, responderá de forma grosera, reprochará, criticará, despreciará, insultará,  pegará o asesinará..
( la forma de enfadarse depende de cómo y cuánto le castigaron de niño).
En este punto se debe añadir que siempre sale un maltratador de una casa donde sí hubieron malos tratos, ya que, aunque muchos padres varones no han maltratado, nunca se nos ocurre preguntar a los maltratadores si fueron castigados por su madre u otro familiar, ni relacionarlo.
Por pensar que los celos son cosa del amor, el celoso jamás reconoce que está enfermo de la mente, puesto él cree que si siente celos es porque ama y porque tiene motivos (no se da cuenta de que siente celos porque no se quiere a si mismo); y por pensar que enfadarse es algo normal, ya que si no, nos toman el pelo, casi nadie reconoce que es maltratador porque todos, lo único que hacen, es enfadarse si ven algo mal. Sin embargo, enfadarse contra alguien es maltratar.
¿Por qué el maltratador no puede controlar su agresividad?.
Porque no conoce al verdadero culpable de su odio, es decir, ¿Qué siente una persona maltratada por su maltratador? Rabia, odio etc. Pues así sentía el maltratador cuando era maltratado en  su niñez. Y así vuelve a sentir cada ciertos días mientras duerme, puesto que , en el sueño-y por alguna razón que desconocemos-, la mente le vuelve a traer esos malos recuerdos infantiles. Por eso, nada más despertar, el maltratador sentirá haber sido castigado otra vez, pero como no sabe quién es el culpable, porque no relaciona el sueño con su estado de ánimo, hará responsable de su rabia a lo que tiene delante, a lo primero que ve con sus ojos, generalmente su pareja; pero aunque su pareja le pida perdón por lo que, supuestamente, acaba de hacer mal, no puede controlar su ira porque el verdadero culpable de su odio no le ha pedido perdón (la persona o personas que lo maltrataron de niño, y que lo vuelven a maltratar durante el sueño). Por eso, casi siempre, después de castigar, se arrepiente y se disculpa, porque en realidad no sabe por qué sintió  ese ataque de rabia. Y nunca lo sabrá. Por eso los maltratos duran toda la vida.
En resumen, los celos y los enfados son los causantes de los malos tratos porque, primero, los celos hacen que el maltratador vea y sienta cosas malas donde no las hay, como por ejemplo que todos vayan contra él, y segundo, por haber sido castigado cundo niño por hacer algo mal, él castigará automáticamente esas supuestas cosas malas que los celos le hacen ver, y lo hará enfadado, sacando esa rabia que acumuló en su niñez cada vez que era castigado.
Para concluir esta carta, les ruego que esta teoría sobre la causa de los malos tratos sea enseñada o leída a las mujeres maltratadas que conozcan, más que nada para que ellas confirmen (o no) que sus parejas actuaban así. Recuerden que yo también lucho por la solución de los malos tratos.
Gracias por su atención, y no duden que estoy a su entera disposición.
Ernesto Pérez. Asociación Lucha Contra los Celos.
 

miércoles, 20 de octubre de 2010

AMERICAN ACADEMY OF CHILD & ADOLESCENT PSHICHIATRY



Las estadísticas acerca del maltrato físico de los niños son alarmantes. Se estima que cada año cientos de miles de niños reciben abuso y maltrato a manos de sus padres o parientes. Miles mueren. Los que sobreviven el abuso, viven marcados por el trauma emocional que perdura mucho después de que los moretones físicos hayan desaparecido. Las comunidades y las cortes de justicia reconocen que estas “heridas emocionales ocultas” pueden ser tratadas. El reconocer y dar tratamiento a tiempo es importante para minimizar los efectos a largo plazo causados por el abuso o maltrato físico. Cuando un niño/niña dice que ha sido abusado, hay que tomarlo en serio y evaluarlo de inmediato.

Los niños que han sido abusados pueden exhibir:
una pobre auto-imagen, pobre reactuación del acto sexual, incapacidad para confiar o amar a otros, conducta agresiva, problemas de disciplina y a veces, comportamiento ilegal coraje y rabia.Comportamiento auto-destructivo o auto-abusivo, pensamientos suicidas, pasividad, comportamiento retraído o miedo de establecer relaciones nuevas o de comenzar actividades nuevas. Ansiedad y miedos, problemas en la escuela o fracaso escolar, sentimientos de tristeza u otros síntomas de depresión, visiones de experiencias ya vividas y pesadillas, abuso de drogas o de alcohol, problemas al dormir A menudo el daño emocional severo a los niños maltratados no se refleja hasta la adolescencia, o aún más tarde, cuando muchos de estos niños maltratados se convierten en padres abusivos. Un adulto que fue abusado de niño tiene mucha dificultad para establecer relaciones personales íntimas. Estos hombres y mujeres pueden tener problemas con el acercamientos físico, el tocar, la intimidad y el confiar en otros al llegar a adultos. Están expuestos a un riesgo mayor de ansiedad, depresión, abuso de substancias, enfermedades médicas y problemas en la escuela o en el trabajo. Sin el tratamiento adecuado el daño hecho al niño abusado físicamente puede perdurar de por vida.

La identificación y el tratamiento a tiempo son importantes para minimizar las consecuencias del abuso a largo plazo. Los profesionales de la salud mental capacitados deben de llevar a cabo una evaluación comprensiva y proveer el tratamiento para los niños que han sido abusados. Mediante el tratamiento, el niño maltratado comienza a recuperar su sentido de confianza en sí mismo y en otros. Pueden ayudar a la familia a aprender nuevas formas de darse apoyo y de comunicarse los unos con los otros. Los padres pueden también beneficiarse del apoyo, entrenamiento y manejo del coraje.

El abuso físico no es el único tipo de maltrato infantil. Muchos niños son víctimas de abandono, de abuso sexual o de abuso emocional. En todos los tipos de abuso infantil, el niño y la familia pueden beneficiarse de una evaluación y tratamiento de un profesional de la salud mental capacitado.